
Clemente Terrero
La Pertinencia, se refiere a lo oportuno, adecuado y correcto. Es hacer algo en el momento indicado, requerido y solicitado. Una acción de respuesta a una prioridad.
Entendemos que, una gestión hospitalaria es pertinente cuando las cosas se hacen para resolver una necesidad justificable, en el marco del orden jurídico, de los planes y objetivos estratégicos.
Los expertos en gerencia de salud plantean que los hospitales son empresas complejas, en virtud de la magnitud de situaciones que manejan, de la cantidad de servicios que lo componen, de la dependencia operativa de los procesos, en que unos no pueden funcionar sin el apoyo de otros.
Son complejos porque se presentan muchas emergencias y muchos imprevistos, porque manejan un personal súper numeroso, que piensan de manera diferentes.
Son centros que tienen necesidades infinitas, que superan los recursos que reciben, donde hay intereses encontrados. Gente que trabaja poco, otros que se la buscan, en fin, son un cardo de cultivo para la mala práctica.
Para hacer una gestión pertinente en medio de todas esas complejidades hay que tener mucho temple, capacidad, experiencia, liderazgo, disciplina, manejar cada situación con tacto y con justicia, apegado siempre a las normas, haciendo solo lo que se justifica y se necesita, limitando los excesos.
Nuestra gestión se apoyó en la pertinencia de los procesos, evitando el derroche para poder controlar el gasto, invirtiendo los recursos en las necesidades, para lograr los objetivos estratégicos de la institución.
La pertinencia de nuestra gestión consistió en no permitir irregularidad en los procesos, evitando adquirir mercancías hospitalarias no prioritaria, sin afectar la calidad de la atención.
El plan de pertinencia contempló también eliminar gastos en actividades secundarias, como fiestas, celebraciones, suspensión de las aportaciones a congresos profesionales.
Pertinencia en una gestión es adquirir lo que realmente se necesita, en el momento preciso, ni antes ni después, porque todo lo que se hace cuando no hay una necesidad produce descontrol y la acción es inoportuna, no pertinente.
Pero en los hospitales existe problema, un mal de fondo, ancestral, es que una parte de los recursos humanos no ve esa institución como una empresa de servicios públicos, que tiene que cumplir con una misión que depende de su trabajo.
Hay servidores que no toman su trabajo en serio, que no tienen apegó a la institución, otros, no tienen buena conducta y no son responsables.
Los servidores deben hacer conciencia que tienen un compromiso con la institución, que deben trabajar por su bienestar.
Deben entender que los hospitales son instituciones importante en la sociedad, porque atiende la salud y salvan vida. El deber de cada empleado es trabajar por su desarrollo. Cada servidor debe ser guardián de sus recursos, de sus bienes y de su imagen.
Pero, en los hospitales se ha entronado el desorden, la falta de compromiso, la mala práctica, la superficialidad y, lo peor de todo es que, cuando alguien quiere poner orden, hacer las cosas bien, encuentra fuerte resistencia de aquellos que están opuestos a su progreso y a su desarrollo, que boicotean los procesos para beneficiarse del caos.
Nuestra gestión hizo lo que era pertinente para que el hospital cumpla con su misión social de brindar servicios de salud de alta calidad y calidez a los niños dominicanos.