Por HUMBERTO CONTRERAS VIDAL
La composición química de la flor de Jamaica y la Sangre de Cristo incluye, entre otras, las siguientes sustancias químicas: antocianinas, flavonoides, ácidos orgánicos, vitaminas y minerales (hierro, calcio, potasio…)
Estas sustancias son las responsables de las múltiples propiedades medicinales que presentan ambas flores.
Las sustancias químicas antes mencionadas poseen las siguientes actividades biológicas comprobadas por la experiencia popular de muchos países y científicamente demostradas.
Estas actividades son: protegen las células del daño causado por el estrés. Poseen propiedades antiinflamatorias. Fortalecen el sistema inmunitario.
Ambas flores son diuréticas e hipotensoras. Esto quiere decir que ayudan a orinar más y reducen la presión sanguínea. También se le ha atribuído la mejora de la digestión y la protección del estómago.
En el mismo orden, hay que decir que la flor de Jamaica está científicamente más documentada que la Sangre de Cristo. Quizás por esta razón su uso popular esté más de moda.
Sin embargo, recientemente se ha publicado un trabajo científico que muestra que la Sangre de Cristo es una rica fuente de sustancias que tienen una fuerte antividad antiflamatoria posiblemente mucho mayor a la flor de Jamaica. Lo cual podría estar relacionado con otras sustancias presentes en la Sangre de Cristo y que no están en la Flor de Jamaica.
En síntesis, estas dos flores, o mejor, las dos plantas en su conjunto son otros dos de los regalos que la naturaleza nos ha dado para mantener una vida en salud.
El autor es doctor en ciencias químicas, residente en Santiago de los Caballeros. huco71@gmail.com
