
Por: Jeffri Mateo Alcantara
La psicomotricidad constituye un elemento fundamental en el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes, ya que promueve la conexión entre el cuerpo, la mente y las emociones. A través del movimiento, el juego y la exploración corporal, se fortalecen habilidades como la coordinación, el equilibrio, la orientación espacial, la concentración y la expresión emocional.
En el ámbito educativo, la psicomotricidad contribuye de manera significativa al aprendizaje, al favorecer la atención, la creatividad y la socialización. Su aplicación en las aulas permite atender la diversidad del estudiantado, estimulando el desarrollo físico, cognitivo y afectivo desde los primeros años de vida escolar.
En este contexto, el Instituto Nacional de Educación Física (INEFI) ha desempeñado un papel de gran relevancia en la promoción y fortalecimiento de la psicomotricidad en el país. Entre sus principales aportes se destacan la creación y equipamiento de aulas de psicomotricidad en distintos centros educativos, la capacitación del personal docente y técnico, y la implementación de programas y estrategias pedagógicas orientadas al desarrollo motriz de los estudiantes.
Gracias a estas acciones, el INEFI ha impulsado una visión moderna y humana de la educación física, reconociendo la psicomotricidad como una herramienta esencial para el desarrollo integral del ser humano. De esta manera, se fortalece el compromiso con una educación inclusiva, dinámica y orientada al bienestar físico, mental y emocional de toda la comunidad educativa.




